Hoja de Ginkgo
Navegando días tempestuosos desperté una mañana gris. Abrí cortinas y ventanas y encontré asombrado reposando en el alféizar una huella de esperanza, regalo de la tormenta: una hoja amarilla de ginkgo.
Navegando días tempestuosos desperté una mañana gris. Abrí cortinas y ventanas y encontré asombrado reposando en el alféizar una huella de esperanza, regalo de la tormenta: una hoja amarilla de ginkgo.